Para cierto tipo de ejecutivo corporativos, el negocio de la impresión fue siempre una enorme tentación. Al fin y al cabo, estas máquinas requiren grandes cantidades de consumibles para funcionar. La máquina es sólo una parte del costo de trasladar ideas al soporte papel, y los consumibles son la tinta y el papel. Sería demasiado imponer reaseguros sobre la marca de papel de oficina a utilizar. Pero los fabricantes no se conforman con concentrar el mercado de las máquinas de impresión, y se avalanzan sobre la tinta. Nadie en su sano juicio pagaría VOLUNTARIAMENTE 3.000 dólares por litro de tinta, cuando su fabricación tiene un coste neto de 120 dólares. Pero obligando a mantener un único proveedor mediante el envase de proveeduría (el cartucho con chip), intentan encadenar al consumidor que ya ha pagado la máquina. El mercado de tintas no está concentrado ni verticalizado, de modo que no es de extrañar que existan miles de proveedores de tintas y cartuchos alternativos. Sin embargo, fabricantes como Canon y HP han iniciadio acciones de actualización telemática que inutilizan las impresoras provistas por cartuchos de la competencia. Mediante llaves criptográficas programadas en los chips de los cartuchos y controladores de impresión diseñados específicamente para agredir la propiedad ajena, utilizan conexiones de datos ajenas para desbancar a la competencia, a la par que inutilizan la impresora. Pero sobre lo llovido, mojado. La Pandemia del COVID ciertamente trajo aparejado un crecimiento muy notable en la industria de los envíos, y el uso de etiquetas autoadhesivas con códigos QR o de barras como soporte logístico. Pero estas etiquetas no se imprimen en impresoras de chorro de tinta, sino en máquinas de carro angosto provistas de impresión térmica. Este tipo de impresión utiliza un cabezal con pequeñas resistencias que activan el papel térmico (lo calientan) para hacer sus puntos. El papel es además suele ser resistente al agua, un plus para la etiquetas de envíos y delivery que se usan en logística. La marca Dymo, una de las fabricantes de impresoras de este tipo ahora cae sobre el "papel registrado", los rollos de etiquetas térmicas semi-plastificadas con respaldo autoadhesivo. Muchos fabricantes venden este tipo de insumo, pero Dymo también ha actualizado maliciosamente inutilizando sus impresoras de etiquetas (conectadas al celular con aplicaciones de venta). No solo eso, han decidido el uso de RFID en el rollo de papel para directamente impedir otro tipo de insumo que no sea el propietario. Está demás decir el costo adicional que estos desarrollos "propietarios" tienen en un dispositivo tan básico como es una impresora de chorro de tinta o de etiquetas, hardware que hace al menos dos décadas se mantiene escencialmente igual, salvo por los ataques comerciales a las libertades de los mismos clientes y usuarios.