Argentina le dio netbooks a jóvenes de bajos recursos y sin querer creó
una nueva generación de música urbana

Artistas como Trueno y L-Gante ahora tienen millones de vistas en
YouTube.

por Juan José Relmucao 
17 de junio de 2021 - Buenos Aires, Argentina

Cuando Mateo Palacios Corazzina abrió por primera vez su netbook
Conectar Igualdad, allá por 2014, la pantalla negra de 10 pulgadas le
devolvió su propio reflejo: un chico de 12 años de La Boca, histórico
barrio popular de Buenos Aires, a punto de encender la primera
computadora de su vida. Lo que ni él ni quienes le facilitaron la
máquina sabían era que, con el primer inicio de ese equipo de 1GB RAM,
también iba arrancar una nueva era de música argentina. Usando su
netbook como estudio improvisado, Palacios comenzaría a convertirse en
la estrella que millones conocen hoy como Trueno, uno de los máximos
artistas del rap latinoamericano.

En su caso, el punto de quiebre no tardó demasiado. En 2014 los
seleccionadores de las Batallas de Gallos de Red Bull armaron una
audición virtual para el Torneo Regional de Buenos Aires y el video de
Mateo fue uno de los elegidos. Siete años después de esa primera
selección, su último video de YouTube lleva 48 millones de
reproducciones en seis meses y a su perfil de Instagram lo siguen 6
millones de cuentas de todo el mundo. Incluso hoy, a sus 19 años, el
Ministerio de Cultura de Argentina lo presenta como un emblema de la
producción artística del país.

El video de esa primera audición, claro, fue grabado en la Conectar
Igualdad.

La experiencia de Trueno no fue un caso esporádico. A mediados de la
década de 2010, decenas de chicos descubrieron que, al adquirir estos
dispositivos básicos, podían aprovechar el poder de internet, la música
y sus propias habilidades como freestylers. Figuras como Neo Pistea
(Sebastián Chinellato) y L-Gante (Elian Valenzuela), por ejemplo,
también comenzaron en la música gracias a sus netbooks.

A Valenzuela incluso se le ocurrió su nombre artístico gracias a su
netbook. Cuando todavía estaba en la escuela, Elian pasaba tanto tiempo
viendo videos que incluso lo hacía recién despierto sin cambiarse de su
ropa de dormir. Su mamá, cada desayuno, lo recibía con un: "¡Qué
elegante!" Y cuando llegó el momento de pensar un nombre artístico,
"L-Gante" le calzó perfecto.

Tal como sucedió con Trueno, el hardware del que se valió Elian para dar
el salto era más que básico. En su caso, el pibe usó un micrófono de
1,000 pesos argentinos y su computadora como todo equipamiento para
grabar las voces de L-Gante RKT, que fue lanzado en Octubre y ya tiene
176 millones de visitas en YouTube.

Conectar Igualdad se lanzó en 2010 y se redujo drásticamente a partir de
2015 hasta que finalizó en 2018. La idea era simple: con las escuelas
públicas como mediadoras, el Estado pondría una netbook en las manos de
cada uno de los estudiantes de escuelas primarias y secundarias
públicas. De esa manera, estos jóvenes de bajos ingresos podrían acceder
a computadoras justo en el momento en el que el uso de internet se
estaba volviendo una herramienta de estudio y de trabajo irremplazable.

Además, el plan tenía en cuenta la larga tradición de políticas
proteccionistas de Argentina. Por aquellos años, la condición previa del
gobierno para la distribución gratuita de netbooks era que debían
producirse en el país. Entonces, Boris Garfunkel e Hijos (BGH), una
empresa fundada a principios del siglo XX en Argentina, fue contratada
para fabricar el hardware.

"En muchos casos, esos fueron los primeros dispositivos en llegar a las
casas de las personas, por lo que implicó conectividad para toda la
familia, no solo para el estudiante", resaltó ante Rest of World Laura
Marés Serra, gerente general de Educ.ar, la empresa estatal a cargo del
programa.

Los dispositivos mencionados por Máres Serra llegaron a más de cuatro
millones de estudiantes entre 2011 y 2015, exactamente el lapso en el
que se incubó una incipiente generación de raperos, traperos y
freestylers. La superposición no es casualidad para Sebastián Benítez
Larghi, director del departamento de sociología de la Universidad
Nacional de La Plata. "Las clases trabajadoras siempre han tenido una
tradición de creación cultural, los ritmos urbanos son una prueba más de
eso", le explicó a Rest of World.

Cuando se le preguntó sobre su infancia, Trueno le explicó a Rest of
World que "es difícil venir de un lugar donde hay pocas oportunidades, o
las oportunidades consisten en involucrarse en alguna mierda: muchos de
mis compañeros de primaria ahora están huyendo… o tras las rejas.
Venimos de un barrio lleno de marginación. Pero también hay muchas
familias, mucha cultura inmigrante, mucho arte. Y la música fue una gran
herramienta para evitar la marginalidad".

En el caso de Conectar Igualdad, esta gran herramienta venía en frasco
chico: los netbooks de 10 pulgadas presentaban un procesador de 1.66
Ghz, una cámara de 300K píxeles y uno o dos GB de RAM no eran tecnología
de punta. Sin embargo, esto significaba que, por primera vez, la mayoría
de los chicos no tenía que pedir permiso para usar una computadora.

No obstante, las prestaciones de las netbooks enfrentaron a sus dueños
con algunos obstáculos que solo se podían resolver con ingenio. El DJ y
artista visual de 23 años, David Acosta (artísticamente conocido como
Glitcha), le contó a Rest of World: "Para obtener el sonido que quería,
me vi obligado a ser especialmente creativo debido a la poca capacidad
de la computadora".

Acosta tuvo que entrenarse a sí mismo para usar el software de manera
tal que la limitada potencia de procesamiento del dispositivo no
perjudicara su música. Técnicas como el resampling le resultaron
particularmente útiles.

Mientras Glitcha buscaba los efectos de sonido de su software hasta dar
con los que no retrasaran su netbook, Trueno sabía exactamente qué hacer
cuando abrió su computadora por primera vez. "Lo primero que hice fue
instalar Audacity", rememoró el chico que grabó uno de sus últimos clips
en La Bombonera. Lo segundo, para él, fue comenzar a grabar: con su
equipo como bitácora, el chico se grabó rapeando sobre lo que vio,
escuchó, sintió y supo de su barrio.

Con un espíritu similar, L-Gante alentó a los pibes que ahora están
practicando en casa durante una entrevista reciente: "Para todos
aquellos chicos a los que les gusta la música y tienen objetivos
similares… No necesitas un montón de equipo para tener éxito".

Al igual que Trueno y L-Gante, Glitcha tampoco podía gastar más de lo
absolutamente necesario, así que se metió en Taringa —en ese entonces,
un foro de software pirata, hoy especie de red social— tan pronto como
tuvo su Conectar Igualdad. "Tenía un programa de producción musical en
la única PC de escritorio de la familia, pero como éramos cuatro
hermanos, solo tenía 30 minutos cada día para usarlo, así que FL Studio
fue lo primero que instalé cuando conseguí la netbook", recordó.

Al margen de sus limitaciones de procesador, las computadoras venían con
un tipo particular de software incorporado: como cada netbook estaba
vinculada a una red escolar específica, tan pronto como el dispositivo
estaba fuera de alcance, este se bloqueaba automáticamente. En la
experiencia de Glitcha, las netbooks se bloqueaban cada 20 días o
después de encenderlos 2,000 veces. Por lo tanto, más allá de necesitar
una creatividad especial para hacer música, cada estudiante también
tendría que "hackear" su computadora de vez en cuando.

"Tenía que prestar atención al calendario", recordó Glitcha. "Si el día
20 era un viernes y me olvidaba de llevarlo para desbloquearlo, tendría
que esperar hasta el lunes por la noche para volver a usarlo". Pero
aquellos a quienes no les importaban las reglas, o vivían demasiado
lejos de la escuela, simplemente llevaron la computadora a un taller
amigo y se olvidaron del bloqueo.

A pesar de los problemas con el hardware básico y el software intrusivo,
a los jóvenes se les otorgó acceso a una herramienta que antes estaba
mayormente fuera de su alcance: el internet. "Los tutoriales en línea
jugaron un papel importante en mi formación musical", aseguró Glitcha,
"A través de la netbook, YouTube fue mi maestro."

Cuando se le preguntó cómo fue que estos adolescentes de clase
trabajadora consiguieron tal atractivo masivo, el productor y buscador
de talentos Bad Boy Orange, explicó a Rest of World que "una generación
anterior [a estos músicos de netbook], en la década de los 2000, las
tribus urbanas desaparecieron y hubo un ‘momento de salida del armario’
en cuanto a ritmos populares como la cumbia, el reggaeton y los géneros
urbanos. Entonces, cuando estos adolescentes navegaron por internet para
descargar música, se alimentaron de esta amplia gama de influencias".

Trueno usó su mala conexión a internet para enviar videos para batallas
de estilo libre y audiciones virtuales. Quizás sus videos estaban
borrosos y su internet tardó horas en cargar las pistas, pero a los
jueces de Red Bull no pareció importarles. Una vez que fuera aceptado en
el Torneo Regional Red Bull Buenos Aires 2014, no habría vuelta atrás.

A pesar de su éxito, Conectar Igualdad comenzó a reducirse en 2015. En
los años siguientes, Argentina enfrentaría devaluaciones monetarias
históricas que afectaron más a las familias vulnerables. Sin embargo, en
ese momento, lo que Conectar había comenzado ya era imparable y fue
precisamente durante esos años que los traperos de los netbooks
irrumpieron en escena.


A partir de 2017, la revolución del trap y la cultura hip hop se
extendieron por Argentina. Neo Pistea, Trueno, L-Gante y los de su
estilo se convirtieron en emblemas de una expresión cultural
completamente nueva, una que de repente se vio amenazada por las crisis
económicas y políticas.

Se suponía que Conectar Igualdad terminaría definitivamente en 2018,
pero al año siguiente un cambio de administración revivió el proyecto.
Desde entonces, el programa de netbooks ha experimentado un renacimiento
como parte de un proyecto más grande. "El año pasado lanzamos el Plan
Federal Juana Manso", contó Marés Serra, gerente general de Educ.ar, "y
aunque no tenemos fondos suficientes para cubrir todos los grados por
ahora, hemos regresado al modelo donde el estudiante es dueño de la
computadora".

A primera vista, el programa parece destinado a lograr objetivos
similares a los de la década de 2010, pero ahora la influencia de los
traperos de las netbooks en los objetivos del programa toma el centro de
la escena. "Queremos animar a los estudiantes a que se conviertan en lo
que quieran utilizando esa computadora: un YouTuber, un desarrollador o
un artista de ritmos urbanos si ese es su deseo", dijo Marés Serra.

Un ejemplo de esta influencia es el primer Concurso Nacional de Hip Hop
organizado por el Ministerio de Cultura. "Los ritmos urbanos tienen un
atractivo masivo entre los jóvenes de todas las clases", dijo a Rest of
World el director nacional de Industrias Culturales, Luis Sanjurjo.
"Esta forma de arte tiene una poderosa proyección internacional y ha
creado un enorme mercado cultural casi en los últimos años. No podemos
dejar que ese potencial se desperdicie".

Y más aún, cuando se instituyeron las cuarentenas pandémicas, el
gobierno dio un paso más en el apoyo al legado de los traperos de las
netbooks. Apenas cuatro años después de que desbloquear máquinas fuera
oficialmente mal visto, esas mismas autoridades ahora están
promocionando públicamente la práctica con flyers online que invitan a
los estudiantes a "desbloquear su netbook Conectar Igualdad".

A medida que una nueva crisis inducida por Covid-19 se cierne sobre el
país, muchos jóvenes argentinos se enfrentan una vez más a decisiones
difíciles sobre si pueden permitirse o no seguir sus sueños artísticos.

Trueno, que debutará en el teatro más grande de Buenos Aires en
septiembre, ha dejado su vieja netbook. "Estoy descubriendo lo que
significa ser un verdadero músico", comentó. "Ahora estoy accediendo a
nuevas tecnologías y tratando de aprender las mejores técnicas para mis
ritmos y mi arte". Pero el chico de La Boca no ha olvidado sus raíces:
"Creo que una computadora para cualquiera que no tenga suficientes
recursos es una herramienta clave para potenciar los estudios, el
trabajo, el arte, lo que sea". Para Trueno, el camino para alcanzar el
estrellato es simple: la próxima generación de músicos solo necesita
"las herramientas necesarias para construir sus destinos".