Las 40
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1 de Junio, 2020

El 7 de marzo fue la Fiesta Chiptune (la última fiesta antes del 
"fin del mundo"), de la cual participé. El 20 de marzo se anunció 
la cuarentena.

La semanita de descanso después del absoluto DESCONCHE que fue esa 
fiesta la verdad que vino bastante bien, pero lo mejor estaba por 
llegar.

Cuando el presidente hizo el anuncio de que esa misma noche 
arrancaba el encierro me sobrecogió una emoción que no se si puedo 
explicar. Era una mezcla de excitación y ansiedad pero de las 
buenas, de esas que te agarran cuando se viene una experiencia 
nueva y no podes esperar.
Esa noche mientras esperaba que dieran las 12, seguí haciendo mis 
cosas y después de la hora mágica me fui a dormir.

Y cuando desperté ese viernes fue lo mejor. Era la mañana mas 
hermosa, todo era bueno, todo era bello. Ni los pájaros parecían 
haber salido de sus nidos.

Salí a la verdulería de la otra cuadra, y las buenas sensaciones no 
paraban. No había ni un solo auto, ni un solo colectivo. Nadie en 
la plaza o en la calle.

Ese comienzo de cuarentena fue una sensación de gran felicidad como 
no había sentido en muchísimo tiempo. Mas tarde lo describí como si 
fuera navidad cuando sos chico y todavía te hacés la película con 
papa noel y los regalos.

Los días siguieron pasando y el encierro estricto seguía, y cada 
día era excelente. El clima todavía estaba cálido, pero ya no eran 
mas los sofocones de enero y febrero. Las calles seguían vaciás y 
la poquísima gente que, tal vez, veías caminaba bien separada. Y yo 
cuando salia a hacer las compras marchaba triunfalmente, como si 
sonara el estribillo de Libre de Nino Bravo (esta canción, de paso, 
es un excelente ejemplo de una canción alegre con una historia 
tristísima detrás).

No miento cuando digo que hacia mucho tiempo que no me sentía tan 
contento. Me doy cuenta que fue una combinación de varias cosas, 
pero un mes que para mi había empezado bien (primero por la 
Chiptune, segundo por dejar a mi novia) siguió aun mejor, por el ya 
mencionado anuncio de la cuarentena.

El subidón anímico que me causo el primer mes de encierro lo 
invertí en hacer bocha de cosas, las cuales tal vez las detalle en 
otros artículos.