Kérneles(10)                          Kérneles(10)



La vieja cubeta
       Por   fin   desapareció   la  vieja  cubeta
       abandonada. Tantos inviernos y veranos  que
       la  maltrataron. Tal vez ahora, quién se la
       haya llevado, la trate como se merece y  la
       llene  de frutos frescos de colores vivos y
       apetitosos aromas.


Una moneda escurridiza
       Se supone que ya debería estar en mi  casa.
       Pero  estoy  aquí  parado  a  mitad  de  la
       pasarela buscando una moneda. El mendigo  a
       quien planeo dársela parece haberme perdido
       la esperanza y se ha alejado un poco de mi.


Pantalones sucios
       De lejos lo vi moverse rápidamente por toda
       su  casa.  Se  dirigió al lazo donde estaba
       tendida su ropa, y se la  puso  ahí  mismo;
       apuró  el  desayuno y salió corriendo. A lo
       lejos todavía podía ver cómo  se  movía  la
       mancha  que  la  gallina  le dejó caer a su
       pantalón en la madrugada.


Verdes campos
       Cuando Rufino la encontró ya era  demasiado
       tarde.  La  vaca  hasta  ya estaba dormida,
       completamente satisfecha,  bajo  la  sombra
       del  árbol  en el hoyo 5. Debió de escuchar
       el consejo que la mayoría le dió: si vas  a
       ser  vecino  del  club  de  golf  no  cries
       ganado.


Adiós Silvia
       Desperté temprano,  me  bañé  y  vestí  con
       esmero  esa  mañana. Sería el último viaje,
       tantos años, lo que viví y  conocí;  y  por
       supuesto  mi  adorada Silvia. El día estuvo
       tranquilo,  mi  Silvia  recorrió  con   sus
       metálicas  curvas las montañas y valles por
       última vez; cuando  llegamos  a  la  última
       estación no me bajé, me acomodé y dormí.


No llueve buena suerte
       La  incesante  lluvia  envolvía  la ciudad,
       todos esperaban  bajo  los  techos  de  las
       tiendas  y negocios a lo largo de la calle.
       De la nada un chapoteo  constante  se  hizo
       cada  vez  más  fuerte,  hasta  que  de una
       esquina salió un muchacho con  su  uniforme
       empapado.  Apenas se le pudo ver un poco de
       su cara de apurado cuando cayó de  cara  en
       un  charco, no se levantó hasta que alguien
       le gritó que un carro se aproximaba.


Parque en Sacatepéquez I
       Volví a estar en  ese  parque  hermoso.  La
       entrada  subterránea  es  mágica, cuando se
       entra por ahí el panorama del parque inunda
       por  pocos la visión y los colores, sonidos
       y  sonrisas  desconocidas  me   deslumbran.
       Dichosos  los  arbustos  y flores que viven
       tal espectáculo a diario.




2023-05-26           Kérneles         Kérneles(10)