## ESTRATEGIA

180. Los tecnófilos nos están llevando a un viaje
totalmente imprudente a lo desconocido. Mucha gente
entiende algo de lo que el progreso tecnológico nos está
haciendo sin embargo toma una actitud pasiva porque piensa
que es inevitable. Pero FC no piensa que lo sea. Pensamos
que se puede parar, y daremos aquí algunas indicaciones
de como arreglárselas para pararlo.

181. Como afirmamos en el párrafo 166, las dos tareas
principales para el presente son promover la tensión
social y la inestabilidad en la sociedad industrial y
desarrollar y propagar una ideología que se oponga a la
tecnología y al sistema industrial. Cuando el sistema
esté suficientemente inestable y con tensión, puede que
sea posible una revolución contra la tecnología. El
modelo sería similar al de la Revolución Francesa y
Rusa. La sociedad francesa y la rusa, algunas décadas
anteriores a sus respectivas revoluciones, mostraron un
incremento de los signos de tensión y debilidad. Mientras
tanto, se desarrollaron ideologías que ofrecían una
nueva visión del mundo que eran bastante diferentes a la
vieja. En el caso ruso, los revolucionarios trabajaban
activamente para minar el viejo orden. Entonces, cuando
el viejo sistema fue puesto bajo suficiente tensión
adicional (por medio de una crisis financiera en Francia
y en Rusia por una derrota militar) fue barrido por los
revolucionarios. Lo que proponemos es algo en la misma
línea.

182. Se objetará que la Revolución Francesa y
Rusa fracasaron. Pero muchas revoluciones tienen dos
finalidades. Una es destruir una forma vieja de sociedad
y la otra es establecer la nueva forma imaginada por
los revolucionarios. La revolución Francesa y Rusa
fracasaron (afortunadamente) en crear la nueva clase de
sociedad que soñaban, pero fueron bastante afortunadas
destruyendo la vieja sociedad. No tenemos ilusiones
a cerca de la facilidad de crear una nueva forma de
sociedad ideal. Nuestra finalidad es sólo destruir la
forma existente.

183. Pero una ideología, con objeto de ganar apoyo
entusiasta, tiene que tener un ideal positivo así
como uno negativo; tiene que estar A FAVOR de algo así
como CONTRA algo. El ideal positivo que proponemos es
la Naturaleza. Esto es, naturaleza SALVAJE: aquellos
aspectos del funcionamiento de la Tierra y sus cosas
vivientes que son independientes de la administración
humana y libres de su interferencia y control. Y con la
naturaleza salvaje incluimos la naturaleza humana, con lo
que queremos decir aquellos aspectos del funcionamiento
de la persona que no están sujetos a regulaciones por
la organización social sino que son productos del azar,
o del libre albedrío, o dios (dependiendo de tus opiniones
religiosas o filosóficas).

184. La naturaleza hace de contraideal perfecto a la
tecnología por varias razones. La naturaleza (aquélla
que está fuera del poder del sistema) es lo opuesto
de la tecnología (que busca expandir infinitamente el
poder de este). Mucha gente estará de acuerdo con que
la naturaleza es hermosa, desde luego tiene un tremendo
encanto popular. Los ambientalistas radicales YA sostienen
una ideología que exalta la naturaleza y se opone a la
tecnología. Una ventaja adicional de la naturaleza como
contraideal a la tecnología es que, en mucha gente,
inspira la clase de reverencia que está asociada con
la religión, de modo que la naturaleza quizá puede
ser idealizada en bases religiosas. Es cierto que en
muchas sociedades la religión ha servido como soporte y
justificación del orden establecido, pero también es
cierto que a menudo ha proporcionado una base para la
rebelión. Así, puede ser útil introducir un elemento
religioso en la rebelión contra la tecnología, 
porque hoy la sociedad occidental no tiene una base
religiosa fuerte. En nuestros días, también se usa
como un soporte barato y transparente para el egoísmo
intolerante y miope (algunos conservadores la usan
de esta manera), o incluso es explotada cínicamente
para hacer dinero fácil (por muchos evangelistas),
o ha degenerado a un irracionalismo tosco (sectas
protestantes fundamentalistas, «cultistas»), o está
simplemente estancada (catolicismo, línea principal del
protestantismo). La cosa más cercana a una religión
fuerte, extendida y dinámica que occidente ha visto
en tiempos recientes ha sido la casi religión del
izquierdismo, pero hoy está fragmentado y no tiene
finalidades claras, unificadas e inspiradas. Así, hay
un vacío religioso en nuestra sociedad que igual puede
llenarse por una religión enfocada en la naturaleza
en oposición a la tecnología. Pero sería un error
intentar confeccionar artificialmente una para llenar
este papel. Algo semejante a una religión inventada
probablemente sería un fracaso. Tomemos la religión
«Gaía» por ejemplo. ¿Sus partidarios creen REALMENTE en
ella o simplemente están actuando? Si están actuando,
será al final un fracaso. Probablemente es mejor no
intentar introducir la religión en el conflicto de la
naturaleza contra la tecnología a no ser que REALMENTE
creas en ella y encuentres que despierta una respuesta
profunda, fuerte y genuina en otra mucha gente. No es
necesario por el motivo de la naturaleza establecer
alguna utopía quimérica o ningún nuevo tipo de
orden social. Ella cuida de sí misma; fue una creación
espontánea que existía mucho antes que cualquier sociedad
humana, y por incontables siglos muchas sociedades humanas
diferentes coexistieron con ella sin hacerle excesivo
daño. Sólo con la Revolución Industrial el efecto se
hizo realmente devastador. Para aligerar la presión sobre
la naturaleza no es necesario crear una clase especial
de sistema social, sólo es necesario deshacerse de la
sociedad industrial. Por supuesto, esto no resolverá
todos los problemas. La sociedad industrial ya ha hecho
un daño tremendo y las heridas tardarán mucho tiempo en
curarse. Además, incluso las sociedades preindustriales
pueden hacer un daño significativo a la naturaleza. Sin
embargo, deshacerse de la sociedad industrial sería
un gran trato. Aligeraría la peor presión por lo
que las heridas podrían empezar a curarse. Quitaría
la capacidad a la sociedad organizada de continuar
incrementando su control sobre la naturaleza (incluyendo la
humana). Cualquier clase de sociedad puede existir después
de la desaparición del sistema industrial, lo cierto es
que mucha gente vivirá cerca de la naturaleza, porque en
la ausencia de tecnología avanzada no hay otra forma en
que la gente PUEDA vivir. Para alimentarse tienen que ser
campesinos o pastores o pescadores o cazadores etc. Y,
hablando en general, la autonomía local debería tender
a incrementarse, porque la falta de tecnología avanzada
y comunicaciones rápidas limitarán la capacidad de los
gobiernos u otras grandes organizaciones de controlarlas.

185. Y en cuanto a las consecuencias negativas de eliminar
la sociedad industrial bueno, no puedes comerte el pastel
y al mismo tiempo tenerlo. Para ganar una cosa tienes que
sacrificar otra.

186. Mucha gente odia el conflicto psicológico. Por esta
razón odia cualquier pensamiento serio sobre cuestiones
sociales difíciles, y les gusta que tales asuntos les
sean presentados en términos simples: ESTO es todo bueno
y AQUÉLLO es todo malo. Por lo tanto, la ideolo-gía
revolucionaria debe desarrollarse en dos niveles.

187. En el nivel más sofisticado debe dirigirse a personas
que sean inteligentes, pensativas y racionales. El objetivo
debe ser crear un.núcleo de personas que se opondrían
al sistema industrial con bases racionales y sensatas,
con total apreciación de los problemas y ambigüedades
implicadas, y el precio que hay que pagar para deshacerse
del sistema. Es particularmente importante atraer a gente
de este tipo, ya que son gente capaz y contribuirán a
influir a otras. Esta gente debe ser dirigida a un nivel
tan racional como sea posible. Nunca deben deformarse
los hechos intencionadamente y debe eludirse el lenguaje
inmoderado. Esto no quiere decir que no se puede apelar
a las emociones, pero se debe tener cuidado para evitar
falsificar la verdad o hacer alguna otra cosa que
destruyera la respetabilidad intelectual de la ideología.

188. En el segundo nivel, debe propagarse de una forma
simplificada que permita a la mayoría poco pensante ver
el conflicto de la tecnología contra la naturaleza en
términos que no sean ambiguos. Pero, incluso en este
segundo nivel, la ideología no se debe expresar en un
lenguaje demasiado malo, inmoderado o irracional que aliene
a las personas del tipo pensativo y racional. Algunas
veces la propaganda mala e inmoderada alcanza ganancias de
periodo corto impresionantes, pero será más ventajoso a
largo plazo el mantener la lealtad de un pequeño número
de personas inteligentes y comprometidas que despertar
las pasiones de una multitud poco pensante e inconstante
que cambiará su actitud tan pronto como alguien venga con
un truco de mejor propaganda. De cualquier manera, puede
ser necesaria propa-ganda del tipo populacho entusiasta
cuando el sistema esté cerca del punto de colapsarse
y haya una lucha final entre ideologías rivales para
determinar cuál se convertirá en dominante cuando la
vieja visión del mundo se hunda.

189. Antes de esa lucha final, los revolucionarios no
deben esperar tener una mayoría de personas a su lado. La
historia está hecha por minorías activas y resueltas,
no por la mayoría, que rara vez tiene una idea clara y
consistente de lo que realmente quiere. Hasta que llegue
el momento del empujón final para la revolución,
la tarea será menos ganar el apoyo superficial de la
mayoría que el construir un núcleo pequeño de gente
profundamente comprometida. Ya que para la mayoría, será
suficiente el hacerles conscientes de la existencia de la
nueva ideología y recordárselo frecuentemente; aunque
por supuesto sería deseable tener un apoyo mayoritario
hasta el punto de que esto se pueda hacer sin debilitar
al núcleo de gente comprometida seriamente.

190. Cualquier clase de conflicto social ayuda a
desestabilizar el sistema, pero uno debe ser cuidadoso
sobre la clase de conflicto que estimula. La línea de
conflicto se debe dibujar entre la masa de gente y la
élite que sostiene el poder en la sociedad industrial
(políticos, científicos, ejecutivos de negocios de
alto nivel, funcionarios gubernamentales, etc.). NO
se debe dibujar entre los revolucionarios y la masa de
gente. Por ejemplo, sería mala estrategia el condenar a
los americanos por sus hábitos de consumo. En vez, al
americano medio debe retratársele como a una víctima
de los anuncios de la industria de mercado, que lo han
absorbido para comprar mucha basura que no necesita y que
es una compensación muy pobre a cambio de su libertad
perdida. Cualquier aproximación de las dos es consecuente
con los hechos. Es meramente una cuestión de actitud
si culpas a la industria publicitaria de manipular al
público o al público por permitir ser manipulado. Por
una cuestión de estrategia generalmente uno debe evitar
culpar al público.

191. Uno se lo debe pensar dos veces antes de estimular
cualquier otro conflicto social que el de la élite que
sustenta el poder (la cual maneja la tecnología) y el
público en general (sobre los que la tecnología ejerce su
poder). Por un lado, otros conflictos tienden a distraer
la atención del problema importante (entre el poder de
la élite y la gente normal, entre la tecnología y la
naturaleza); por otro lado, a la larga otros conflictos
pueden tender a estimular la tecnologización, porque cada
lado en tal conflicto quiere usar el poder tecnológico
para aventajar a su adversario. Esto se ve claramente en la
rivalidad entre naciones. También aparece en conflictos
étnicos dentro de éstas. Por ejemplo, en América
muchos líderes negros están ansiosos por ganar poder
para los afroamericanos situando personas negras en la
élite tecnológica. Los quieren ahí para que haya muchos
funcionarios gubernamentales, científicos y ejecutivos de
corporaciones negros, y así sucesivamente. En ese sentido,
están ayudando a que la subcultura afroamericana sea
absorbida por el sistema tecnológico. Hablando en general,
uno debe estimular sólo aquellos conflictos sociales que
puedan encajar en el marco del conflicto del poder de la
élite contra la gente normal, de la tecnología contra
la naturaleza.

192. Pero la forma de oponerse al conflicto étnico
NO es a través de la militancia partidaria de los
derechos de las minorías (ver párrafos 21, 29). En
vez, los revolucionarios deben enfatizar que éstas
también sufren más o menos desventajas, y que son de
una trascendencia periférica. Nuestro enemigo real es el
sistema tecnológico-industrial y en la lucha contra él
las distinciones étnicas no tienen importancia.

193. La clase de revolución que tenemos en mente no
implica necesariamente un alzamiento armado contra algún
gobierno. Puede o no suponer violencia física, pero no
será una revolución POLÍTICA. Su foco estará en la
tecnología y en la economía, no en la política. Se puede
concebir (remotamente) que la revolución pueda consistir
sólo en un cambio masivo de actitudes hacia la tecnología
resultando en una desintegración relativamente gradual y
sin dolor. Pero, si esto pasa, seremos muy afortunados. Es
bastante más probable que la transición.a una sociedad no
tecnológica sea muy difícil y esté llena de conflictos
y desastres.

194. Probablemente los revolucionarios deben incluso
EVITAR asumir poder político, sea por medios legales
o ilegales, hasta que el sistema industrial tenga la
suficiente tensión hasta un punto peligroso y haya probado
ser un fracaso a los ojos de mucha gente. Supongamos por
ejemplo que algún partido «verde» ganara el control del
congreso de Estados Unidos en una elección. Para evitar
traicionar o aguar su propia ideología deberían tomar
medidas vigorosas para volver el crecimiento económico
en reducción económica. Al hombre medio los resultados
le parecerían desastrosos: habría paro masivo, falta de
comodidades, etc. Incluso si los peores efectos se pudieran
evitar a través de una administración superhumanamente
hábil, aún así la gente tendría que empezar a renunciar
a los lujos a los que se han vuelto adictos. Crecería
la insatisfacción, el partido «verde» sería echado
del despacho y los revolucionarios habrían sufrido un
serio retraso. Por esta razón no deben intentar adquirir
poder político hasta que el sistema se halla convertido
en tal confusión que cualquier apuro será visto como
resultado del fracaso del sistema industrial y no de la
política de los revolucionarios. La revolución contra
la tecnología probablemente tendrá que ser desde fuera,
una revolución desde abajo no desde arriba.

195. La revolución tiene que ser internacional y
mundial. No se puede llevar a cabo en bases de nación
por nación. Cuando se sugiere que los Estados Unidos,
por ejemplo, debe reducir el progreso tecnológico
o el crecimiento económico la gente se vuelve
histérica y empieza a gritar que, si nos quedamos
atrás en tecnología, los japoneses se pondrán por
delante. ¡Santos robots! ¡El mundo se saldrá de su
órbita si los japoneses alguna vez venden más coches
que nosotros! (El nacionalismo es un gran promotor de
la tecnología). Más razonablemente, se discute que,
si las naciones relativamente democráticas se quedan
atrás en tecnología mientras las peligrosas naciones
dictatoriales como China, Vietnam y Corea del Norte
continúan progresando, a la larga los dictadores pueden
dominar el mundo. Por esto es porque el sistema industrial
debe atacarse en todas las naciones simultáneamente,
en la extensión en que esto sea posible. Exacto, no hay
garantía de que el sistema industrial se pueda destruir
aproximadamente al mismo tiempo en todo el mundo, y es
incluso concebible que en el intento de derrocar lo puede
dirigirse en vez a ser dominado por dictadores. Ese es el
peligro que hay que correr. Y vale la pena correrlo, ya que
la diferencia entre un sistema industrial «democrático»
y uno controlado por dictadores es pequeña, comparada
con la diferencia entre un sistema industrial y uno no
industrial. La estructura tecnológica y económica de una
sociedad son bastante más importantes que su estructura
política a la.hora de determinar la manera en que vive
el hombre medio. Ver párrafos 95, 119. Puede incluso
discutirse que un sistema industrial controlado por
dictadores sería preferible, porque normalmente se han
demostrado ineficientes, por lo tanto presumiblemente es
más probable que se colapse. Mira Cuba.

196. Los revolucionarios pueden considerar una medida
favorable que la economía mundial tienda a atarse en
un conjunto unificado. Acuerdos de libre comercio como
*NAFTA y GATT son probablemente perjudiciales a medio
y corto plazo, pero a largo plazo tal vez pueden ser
ventajosos porque fomentan la interdependencia económica
entre naciones. Será más fácil destruir el sistema
industrial en bases mundiales si la economía está tan
unificada que el colapso en cualquier nación principal
lleve al colapso en todas las naciones industrializadas.

197. Alguna gente toma la línea de que el hombre
moderno tiene demasiado poder, demasiado control sobre la
naturaleza; pretenden una actitud más pasiva por parte
de la raza humana. En el mejor de los casos se están
expresando poco claramente, porque no distinguen entre el
poder para las GRANDES ORGANIZACIONES y el poder para las
PERSONAS y los PEQUEÑOS GRUPOS. Es un error pretender
la impotencia y la pasividad, porque la gente NECESITA
poder. El hombre moderno como entidad colectiva ésta
es, el sistema industrial tiene un inmenso poder sobre la
naturaleza, y nosotros (FC) consideramos esto funesto. Pero
las PERSONAS y los GRUPOS PEQUEÑOS DE PERSO-NAS actuales
tienen bastante menos poder del que nunca tuvo el hombre
primitivo. Hablando en general, el poder abrumador del
hombre actual sobre la naturaleza se ejerce no por las
personas o por los pequeños grupos sino por grandes
organizaciones. Hasta el punto de que la PERSONA media
actual puede ejercer el poder de la tecnología pero sólo
dentro de estrechos límites y sólo bajo la supervisión
y el control del sistema. (Necesitas una licencia para
todo y con ella vienen reglas y regulaciones). La persona
sólo tiene aquellos poderes tecnológicos que el sistema
elige proporcionarle. Su poder PERSONAL sobre la naturaleza
es pequeño.

198. Las personas y los grupos pequeños primitivos
en realidad tenían un poder considerable sobre la
naturaleza, o puede que sea mejor decir poder dentro de la
naturaleza. Cuando el hombre primitivo necesitaba comida
sabía como encontrar y preparar raíces comestibles, como
seguir la pista a la caza y atraparla con armas hechas
en casa. Sabía como protegerse del calor, del frío,
de la lluvia, de los animales peligrosos, etc. Pero hizo
relativamente poco daño a la naturaleza porque el poder
COLECTIVO de la sociedad primitiva era insignificante
comparado con el poder COLECTIVO de la sociedad industrial.

199. En vez de pretender la impotencia y la pasividad,
uno debe argumentar que el poder del SISTEMA INDUSTRIAL
debe romperse, y que esto INCREMENTARÁ ampliamente el
poder y la libertad de las PERSONAS y los PEQUEÑOS GRUPOS.

200. Hasta que el sistema industrial haya sido destruido
minuciosamente, ésta debe ser la úNICA finalidad. Otras
finalidades distraerían la atención y la energía de
la principal. Más importante, si los revolucio-narios
se permiten tener cualquier otra finalidad, se verán
tentados a usar la tecnología como una herramienta para
alcanzar esa otra finalidad. Si ceden a esa tentación,
caerán directamente en la trampa tecnológica, porque la
tecnología moderna es un sistema unificado y estrechamente
organizado, por lo que, con objeto de conservar ALGO de
tecnología, uno se encuentra obligado a conservar LA
MAYOR PARTE, por lo tanto se termina sacrificando sólo
sumas testimoniales de esta.

201. Supongamos por ejemplo que los revolucionarios
tomaran la «justicia social» como finalidad. Siendo
como es la naturaleza humana, la justicia social no se
daría espontáneamente, tendría que ser forzada. Con
este objeto los revolucionarios tendrían que retener
las organizaciones y el control central. Para eso
necesitarían transporte rápido de larga distancia y
comunicación, y por tanto toda la tecnología necesaria
para sostenerlos. Para alimentar y vestir a la gente
pobre tendrían que usar tecnología agrícola y de
manufactura. Y así sucesivamente. Por lo que el intento
de asegurar la justicia social les forzaría a retener la
mayor parte del sistema tecnológico. No es que tengamos
nada contra la justicia social, pero no debe permitirse
que interfiera en el esfuerzo de acabar con el sistema
tecnológico.

202. Sería desesperado intentar atacar el sistema sin usar
ALGUNA tecnología moderna. Si nada más tienen que usar
los medios de comunicación para propagar su mensaje. Pero
deben usar tecnología moderna para UN sólo propósito:
atacar el sistema tecnológico.

203. Imagina un alcohólico sentado con un tonel de vino en
frente. Supón que empieza a decirse, «el vino no es malo
si se usa con moderación, porque pequeñas cantidades son
incluso buenas...» Bueno ya sabes lo que va a pasar. No
olvides nunca que la raza humana es simplemente como un
alcohólico con un tonel de vino.

204. Los revolucionarios deben tener tantos niños como
puedan. Hay una fuerte evidencia científica de que las
actitudes sociales son en una extensión significativa
heredadas. Nadie sugiere que una actitud social es el
resultado directo de la constitución genética de una
persona, pero parece que los rasgos de la personalidad son
en parte heredados y que algunos de ellos tienden, dentro
del contexto de nuestra sociedad, a hacer a una persona
más probable de sostener esta o aquella actitud social. Se
ha planteado alguna objeción a estas recomendaciones, pero
son débiles y parecen estar motivadas ideológicamente. En
cualquier acontecimiento, nadie niega que como media los
niños tienden a.sostener actitudes sociales similares a
las de sus padres. Desde nuestro punto de vista no importa
mucho si las actitudes pasan genéticamente o a través
de la formación en la infancia. En cualquier caso pasan.

205. El problema es que mucha de la gente que está
inclinada a rebelarse contra el sistema industrial
está también preocupada sobre el problema de la
población, por lo tanto creen oportuno tener pocos o
ningún niño. De esta forma pueden estar cediendo el
mundo a gente que mantiene o al menos acepta el sistema
industrial. Para asegurar la resistencia de la próxima
generación de revolucionarios la actual debe reproducirse
abundantemente. Haciéndolo empeorará el problema de la
población sólo ligeramente. Y el problema importante
es acabar con el sistema industrial, porque una vez haya
pasado la población mundial necesariamente decaerá
(ver párrafo 167); mientras, si el sistema industrial
sobrevive, continuará desarrollando nuevas técnicas de
producción de comida que pueden permitir a la población
mundial incrementarse casi indefinidamente.

206. Respecto a la estrategia revolucionaria, en los
únicos puntos en los que insistimos absolutamente son
que la única finalidad predominante tiene que ser la
eliminación de la tecnología moderna y que ninguna otra
finalidad puede permitirse que compita con esta. Para el
resto, se debe tomar una aproximación empírica. Si la
experiencia indica que alguna de las recomendaciones hechas
en los párrafos precedentes no va a dar buenos resultados,
entonces se deben descartar.