## LOS PROBLEMAS SOCIALES MáS SIMPLES SE HAN MOSTRADO
INTRATABLES

136. Si alguien aún imagina que sería posible reformar
el sistema de tal manera como para proteger la libertad
de la tecnología, déjale considerar lo chapucera y,
para la mayor parte, desafortunada que nuestra sociedad
ha sido tratando otros problemas sociales que son mucho
más simples y globales. Entre otras cosas, el sistema ha
fallado en parar la degradación ambiental, la corrupción
política, el tráfico de drogas o el abuso doméstico.

137. Tomemos nuestros problemas ambientales, por
ejemplo. Aquí el conflicto de valores es completo:
actualmente la conveniencia económica contra la salvación
de alguno de nuestros recursos naturales para nuestros
nietos. Aquí estamos considerando sólo un conflicto de
valores dentro de la corriente de opinión principal. Por
la razón de simplificar dejamos fuera del cuadro de
valores «extraños» como la idea de que la naturaleza
salvaje es más importante que la prosperidad económica
humana. Pero en esta materia sólo obtenemos mucha blather
y ofuscación por parte de la gente que tiene el poder,
y nada como una línea de acción clara y consecuente,
y continuamos acumulando los problemas ambientales
con los que tendrán que vivir nuestros nietos. Los
intentos de resolver el problema ambiental consisten
en luchas y compromisos entre diferentes facciones,
alguna de las cuales ascienden en un momento, otras en
otro momento. La línea de lucha cambia con la corriente
actual de movimiento de la opinión del público. Éste no
es un proceso racional, ni tampoco es apto para conducir
a una solución conveniente y próspera al problema. Los
principales proble-mas sociales, si alguna vez son
«resueltos», raramente o nunca lo son a través de un
plan racional y comprensible. Simplemente se resuelven
por sí mismos a través de un proceso en el que varios
grupos competidores persiguiendo sus propios intereses
(normalmente de periodo corto) llegan (principalmente
debido a la suerte) a algún *modus vivendi más o menos
estable. (Los propios intereses no son necesariamente
intereses MATERIALES. Pueden consistir en realizar
alguna necesidad psicológica, por ejemplo, promover la
ideología o religión propia.) De hecho, los principios
que formulamos en los párrafos 100-106 hacen parecer
dudoso que los planes sociales racionales de periodo largo
puedan ser ALGUNA VEZ prósperos.

138. Así queda claro que la raza humana tiene en el
mejor de los casos una capacidad muy limitada para
resolver incluso problemas sociales relativamente
globales. ¿Entonces cómo va ha resolver el problema
mucho más difícil y sutil de reconciliar libertad y
tecnología? La tecnología presenta avances materiales
bien delimitados, mientras que la libertad es una
abstracción que significa cosas diferentes para gente
diferente, y su pérdida es fácilmente confundida por la
propaganda y la charla imaginativa.

139. Y nótese esta importante diferencia: es concebible
que nuestros problemas ambientales (por ejemplo) puedan
algún día estabilizarse a través de un plan comprensivo
y racional, pero si esto pasa será porque está en el
interés de periodo largo del sistema el resolver estos
problemas. Pero NO le interesa el preservar la libertad
o la autonomía de pequeños grupos. Por el contrario,
le importa tener bajo control el comportamiento humano en
la extensión más amplia posible. Una nota: al sistema
le corresponde permitir en algunas competencias un cierto
grado de libertad prescrito. Por ejemplo, la libertad
económica (con convenientes limitaciones y prohibiciones)
se ha demostrado efectiva en la promoción del crecimiento
económico. Pero sólo la libertad planeada, circunscrita
y limitada interesa al sistema. La persona tiene que
ser mantenida con una correa, incluso si la correa es
algunas veces larga (ver párrafos 94, 97). Así, mientras
consideraciones prácticas pueden forzarle a la larga
a tomar una aproximación racional y prudente ante los
problemas ambientales, iguales consideraciones prácticas
le forzarán a regular el comportamiento humano cada vez
más de cerca (probablemente por medio de medios indirectos
que disfrazarán el avance sobre la libertad). Esto no
es simplemente nuestra opinión. Eminentes científicos
sociales (por ejemplo James Q. Wilson) han enfatizado
la importancia de «socializar» a la gente con más
efectividad.